28 de Julio, fin de curso en el CSV,...tocaba fiesta de graduación y así se hizo.
Bajo la batuta del director del colegio, que se ocupó de preparar fruta fresca y de que no faltase de nada en la nevera y bajo la atenta mirada de la vigilante del baile, la prima Sonia, encargada de dar cobertura del evento en las principales redes sociales y de controlar que nadie se arrimara más de la cuenta en la pista de baile, la fiesta arrancaba a las 17:30 a ritmo de Marley, muy adecuado a la climatología de la jornada.
Pero no iba a ser solo risas y diversión para todos; algunos alumnos, los más descuidados y que dejan todo para última hora, todavía tenían que pasar sus últimos exámenes antes de poder disfrutar de la fiesta. Tal era el caso de los Tonis, Parra y Roldán, pendientes de realizar el examen de ¿Let, a santo de qué? y la optativa “el misterio del uso de una gorra en el squash", Adrián Bares, examinado de bola gorda por el propio director, o Rubén Gallent que acudía a la recta final con dos asignaturas pendientes pensando que todo el mundo puede aprobar como Froilán.
Por otro lado, los empollones Helena y Moreno se presentaban a las 18:00, al margen de la fiesta, para subir nota aunque lo único que consiguió el Moreno subir fue la nalga derecha por una ligera inflamación provocada por un pelotazo. Es lo que tiene el presentarse a subir nota, que, a veces el tiro te sale por el culete,...o algo así.
Mientras tanto, y al margen de formalidades, las pistas de baile se mantenían continuamente ocupadas, con parejas que iban desde los cursos más avanzados a los de grado más elemental, alumnos destacados, eternos repetidores, alumnos de intercambio….
Fue precisamente uno de los alumnos de intercambio el que protagonizó el único incidente de la jornada (y digo el único porque el golpe propinado por Aparicio a Palomero no cuenta al ser medio vasco este segundo). Y es que el letón tuvo que abandonar la pista tras recibir, en pleno baile, un golpe que le hizo sangrar por el labio inferior. Afortunadamente la herida sanó rápidamente con la ingesta de cerveza.
A día de hoy todavía no sabemos si el incidente le resultó doloroso porque el semblante no mostró dolor en ninguna ocasión,...ni enfado, ni alegría, ni fastidio,...quizá sorpresa,...bueno, no, tampoco sorpresa.
La fiesta siguió hasta las 21:30 y, llegado ese momento, los supervivientes más valientes se unieron en una cena en el bar de K7 donde dieron buena cuenta de un menú en el que podías elegir un bocadillo entre 5 diferentes según la organización o entre 4 si le preguntabas al camarero y una bebida,...todo incluido en la entrada.
También existía la novedosa posibilidad de no elegir nada y pillar un bocata abandonado de la mesa de al lado. No daremos nombres, no vaya a molestarse su hermano y no quiera recogernos con la grúa un día que se nos averíe el coche en carretera.
¿Que si hubo copas después? ¡Por favor, que estaba Belda!
Una buena fiesta, en resumen, con una buena organización, que no era nada fácil, y en la que todos los que estábamos, a pesar de no ser todos los que somos, pues hubo importantes ausencias, disfrutamos.
Buen verano y salut i squash.
Mientras tanto, en Almoradí...
Y si, seguro que mi hermano se molestaría. ...jajajaja
PD: no son excluyentes. Jejejeje
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